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Tras el terremoto que ha dejado a Portugal sin primer ministro, se abre una crisis política totalmente inesperada y de final incierto. El presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que este miércoles se ha reunido por separado con los líderes de los ocho partidos con representación parlamentaria, puede convocar elecciones anticipadas inmediatas o encargar al Partido Socialista que designe a uno de los ministros del actual Gobierno como primer ministro interino, ya que tiene mayoría absoluta.

Sin embargo, el propio Rebelo de Sousa se marcó a sí mismo el camino a seguir el 30 de marzo de 2022, en el discurso de investidura del ya dimitido António Costa: «Ahora que ha ganado, y lo ha hecho para cuatro años y medio», le dijo, «estoy seguro de que su excelencia sabe que no será fácil que ese rostro, esa cara que ganó las elecciones de forma tan incuestionable y tan notable sea sustituido por otro a mitad de camino».

Sin que nadie se lo pidiera, el jefe del Estado luso pronosticó hace 20 meses que Costa podría dimitir a mitad de su mandato. Y adelantó que lo más adecuado sería, en ese caso, convocar elecciones anticipadas ya que Costa ganó su histórica mayoría absoluta con una campaña muy personalista basada en el prestigio de su propia figura.

António Costa dimitió el martes como primer ministro tras ocho años al frente del Gobierno portugués y en cuanto la Fiscalía comunicó que el Tribunal Supremo ha abierto pieza separada contra él para investigarle por presunta corrupción en la adjudicación de explotaciones de litio y plantas de hidrógeno verde.

El dirigente socialista mantenía intacto su prestigio, sobre todo en el exterior. No en vano, era uno de los referentes del Partido Socialista Europeo y el único que gobernaba con mayoría absoluta además del presidente de Malta. En los últimos meses, había sonado incluso como posible presidente del Consejo Europeo.

En el anuncio de su dimisión, Costa defendió su inocencia y argumentó que dimitía «para preservar la dignidad de las instituciones».

En las reuniones que Rebelo de Sousa mantuvo este miércoles con los ochos partidos con representación parlamentaria, la mayoría pidió la convocatoria inmediata de elecciones. Así lo hicieron con claridad el centroderecha, la derecha radical y el Bloque de Izquierda (el segundo, el tercero y el cuarto partido de Portugal). Incluso, el líder de Chega, André Ventura, la formación emergente de la derecha dura equivalente a Vox, espetó a Rebelo que no convocar elecciones sería «un fraude» y «una gran traición, pero no a los partidos, sino a su propia palabra hace dos años», en referencia al discurso citado. El Bloque de Izquierda, que gobernó en coalición con Costa en la primera legislatura, también considera que «la única solución» es convocar comicios «rápidamente».

Luis Montenegro, jefe de la oposición y líder del Partido Socialdemocráta (PSD, de centroderecha), tiene ahora ante sí una oportunidad de oro para poner fin al ciclo de izquierdas que Portugal inició en 2015 con el primer Gobierno de Costa, una coalición del Partido Socialista (PS), el Bloque de Izquierda y el Partido Comunista. Para Montenegro, «las circunstancias justifican dar la palabra al pueblo portugués».

El PS, que se ha quedado totalmente descabezado y aún no ha salido del shock, no se pronunció y se dijo preparado para todas las opciones. Los socialistas ya no tienen líder y tendrían que buscar a marchas forzadas un candidato en el caso de convocarse los comicios. Las figuras de las que más se habla para ser el candidato socialista son la ministra de Presidencia, Mariana Vieira da Silva; el ex ministro de Infraestructuras, que representa al ala izquierda del partido, Pedro Nuno Santos, Mario Centeno, gobernador del Banco de Portugal, o el ministro de Exteriores, Augusto Santos.

En cualquier caso, los analistas y los medios portugueses dan ahora como favorito en las futuras elecciones al líder del centroderecha, Luis Montenegro, por la crisis en la que se ha hundido el PS, con varios ministros imputados, y porque tendría más facilidad para pactar con Iniciativa Liberal y con Chega que los socialistas con los partidos de su izquierda.

En los últimos 20 meses de mayoría absoluta, el Gobierno de Costa ha tenido muy mala relación con el Bloque de Izquierda y con los comunistas, además de haberse enfrentado a los sindicatos. Por eso, en el PS gana enteros como candidato Pedro Nuno, que sería él único que podría reeditar un pacto como el de Costa en 2015, cuando no consiguió ser la fuerza más votada, pero sí logró la mayoría en la Asamblea gracias a su acuerdo de coalición.

Algunos analistas apuntan que es posible que el presidente pida la designación al PS de un presidente interino hasta la aprobación de los Presupuestos Generales de Portugal, que ya pasaron su primera votación y estaba previsto que se aprobaran definitivamente el 29 de noviembre.

En ese caso, la disolución del Parlamento se retrasaría hasta diciembre. En las conversaciones que ha tenido Rebelo de Sousa se ha hablado de esta posiblidad. La portavoz del Partido Animalista (PAN), Inês Sousa, lo pidió abiertamente: «Todo ese trabajo [el proyecto de Presupuestos] no debe quedarse en el camino porque la gente necesita respuestas ahora y no en unos meses», según informa Efe.

Rebelo de Sousa ha convocado para hoy al Consejo de Estado. Después, bien entrada la tarde, anunciará la decisión que marcará el futuro de Portugal y, en parte, del socialismo en Europa en los próximos años.