Rob Jobson, bautizado por The Wall Street Journal como el «padrino» de los cronistas reales, reconoce que los royals «han perdido la confianza» de los británicos con la sucesión de fiascos en este turbulento 2024. «He escuchado más teorías conspiratorias en dos semanas que en toda mi vida», admite el autor del libro Guillermo: la creación de una monarca y de próximamente Kate: princesa de Gales. «El mundo ha cambiado: vivimos en la época de las redes sociales y el palacio tenía que haber reaccionado hace mucho tiempo».
«Para empezar, no se puede dejar un vacío informativo de dos meses porque así es como se ha dado pie a todo tipo de fake news y especulaciones, empezando por qué hay detrás de la ‘operación abdominal planificada'», advierte este biógrafo real en declaraciones a varios medios internacionales. «Debería de haber existido una planificación para un goteo informativo durante la recuperación de Kate, con imágenes y mensajes puntuales».
«Y Kate no debería de haber asumido personalmente la responsabilidad del fiasco de la foto del Día de la Madre», recalca Jobson. «Esa foto tuvo que haber pasado por todos los filtros necesarios antes de poder distribuirse a los medios. Y en última instancia, el trabajo tenía que haberlo hecho un profesional como Andrew Parsons, suficientemente acreditado como fotógrafo real».
«Esa es una de las lecciones que esperemos que hayan aprendido estos días en Palacio: hay que dejar el trabajo en manos de los profesionales», apostilla el cronista, que recomienda de paso la creación de un «mando único» de comunicación entre el Palacio de Kensington y el Palacio de Buckingham: «Que quede claro quién es el jefe y quién toma las decisiones».
Robson recuerda que las dos máximas de Isabel II -«ser visto para ser real» y «comprobad, comprobad, comprobad»- son más válidas que nunca en estos tiempos de crisis. Aunque las comparaciones con el annus horribilis de 1992 son inevitables, el experto prefiere creer que estamos ante una «crisis temporal» y que aún hay tiempo para devolver las aguas a su cauce.
El autor vaticina que, visto lo visto, la princesa de Gales puede volver a la luz pública tal vez antes de lo anunciado, aprovechando los actos religiosos de Semana Santa. En su opinión, la difusión del vídeo casero de Kate y William a la salida de The Farm Shop en Windsor no va a servir para contener las conspiraciones, sino que va a provocar lo contrario.
«No creo que fuera planeado por Palacio, todo apunta a que fue grabado por alguien que les vio saliendo de la tienda», advierte Robson, que no quiere entrar en la polémica sobre si se trata de un vídeo falso, como llegó a sugerir, entre otros, el productor y presentador estadounidense Andrew Cohen.
El vídeo difundido por The Sun fue supuestamente grabado por un ciudadano portugués, Nelson Silva, de 40 años, que aseguró haber visto a Kate «feliz y relajada», mientras salía de la tienda con Guillermo, cargados con bolsas. Kate, más delgada de lo habitual, vestía una sudadera y unas mallas oscuras. El hashtag #fakeKate empezó a circular a las pocas horas. El Palacio de Kensington no comentó las imágenes.
El papel de Guillermo ha quedado también en entredicho en mitad de la crisis, y Rob Jobson reconoce que el príncipe «ha perdido la narrativa en las últimas dos semanas». El biógrafo afirma que fue un error su sonada ausencia en el homenaje a su padrino, el rey Constantino, «fuera por las razones personales que fueran» y dada la presencia en Windsor «de gran parte de la realeza europea, incluidos los reyes de España». Jobson se cierra en banda ante el nombre de Rose Hanbury, la ex modelo con la que relaciona a Guillermo. Tampoco quiere indagar en el estado del matrimonio ni en hasta qué punto puede haber provocado la crisis de salud de su esposa…
«Kate ha sufrido quizás un exceso de trabajo, no podemos olvidar que es madre de tres hijos aún pequeños. Es una persona fuerte y aguda, muy apreciada por la gente y comparada hasta cierto punto con Diana, aunque quizás le falta esa vertiente del trabajo caritativo. Y es un gran apoyo para Guillermo, revisando personalmente sus discursos».
(«Mi esposa necesita estar sentada aquí», fueron las palabras del propio Guillermo en un acto oficial el martes en Sheffield, durante la visita a un proyecto de viviendas sociales para los homeless, con la polémica del vídeo de Windsor viralizada en la redes).
Rob Jobson deja para el final al rey Carlos, a quien exculpa de todo lo ocurrido. «Estaba teniendo una transición bastante bien llevada, con una buena aceptación popular de su labor y de sus discursos. La enfermedad le ha hecho enfrentarse a su propia mortalidad. Y fue un acto de coraje su decisión de reconocer públicamente que tiene cáncer (aunque no sepamos de qué tipo). Su estrategia estaba funcionado».
Jobson no se atreve a poner fecha a la reaparición en público del monarca, aunque vaticina que la auténtica prueba de fuego será la cumbre de la Mancomunidad de Naciones en octubre en Samoa. Quien mejor sale parada en su veredicto es la reina Camila: «Quien nos iba a decir hace 30 años que acabaría convirtiéndose en la estrella del show«.