• Grecia Syriza elegirá nuevo líder en una segunda ronda de votación, a pocas semanas de las elecciones locales

Un nuevo actor político ha irrumpido en la izquierda en Grecia y aspira este domingo a postularse como nuevo líder del partido Alianza Progresista conocido como Syriza. Se trata de Stefanos Kasselakis, un economista de 35 años que hasta ahora residía en Estados Unidos -donde ha desarrollado toda su carrera profesional-, que apenas tiene experiencia política. Defiende el sector más liberal del partido y es abiertamente gay. Así sigue un largo etcétera de atributos inusuales en el partido de izquierdas griego, que ha generado detractores y admiradores a partes iguales.

Kasselakis era un desconocido entre los afiliados y votantes del partido hasta finales de agosto, cuando presentó su candidatura a liderar la formación. En un vídeo publicado en redes sociales, introdujo su propuesta electoral con una historia de superación personal y económica en Estados Unidos, lejos de la madre patria Grecia. Su candidatura se disparó en las encuestas, aunque nunca estuvo al frente de los sondeos. Sin embargo, se impuso en la primera ronda con el 45,4% de los votos frente a la candidata favorita, Efi Ajtsioglu, que consiguió un 36,2%.

La participación electoral fue mayor de lo esperada, con más del 80% de los 170.000 afiliados acudiendo a las urnas. «Fue una participación inesperadamente alta, que marca el primer paso para que el país tenga un Gobierno progresista», dijo Kasselakis tras la jornada electoral. Si bien aún queda por ver a quién apoyarán las bases en la segunda ronda, Kasselakis juega con la ventaja simbólica de haberle sacado nueve puntos a Ajtsioglu en la pasada votación.

Antes de presentar su propuesta para dirigir el partido, intentó sin éxito presentar una candidatura a la Alcaldía de Atenas. Kasselakis es oriundo de Maroussi, un suburbio al norte de la capital griega. Cuando tenía 14 años, su familia decidió mudarse a Estados Unidos, donde pocos años después un joven Stefanos inició su carrera de Económicas en la Universidad de Pensilvania. Paralelamente a sus estudios, hizo sus primeros pinitos en política como voluntario del entonces senador -y ahora presidente- Joe Biden para las elecciones presidenciales de 2008. También ha trabajado como asesor de política exterior en un centro de estudios estratégicos en Washington. No obstante, su trabajo más llamativo es en Goldman Sachs, el banco estadounidense conocido en Atenas por ayudar a manipular sus cuentas públicas a principios de los 2000, lo que provocó -entre otras circunstancias- la caída económica del país. Tras salir de la entidad, montó su propia empresa naviera y residió en Miami hasta mediados de este verano.

Su perfil empresarial y liberal es uno de los aspectos que ha provocado más detractores entre las filas del partido. Sus rivales lo acusan de codearse con el mundo capitalista, pero Kasselakis se defiende diciendo que gracias a su experiencia laboral «ha comprendido la arrogancia» de los círculos económicos. Para sus críticos, su porte de atleta y su imagen carismática encaja más con el imaginario de un líder estadounidense que de uno heleno.

Kasselakis, además, ha desenterrado promesas electorales que hace años que no debate la izquierda en Grecia y que han sido motivo de reproche, como la profesionalización del Ejército para poner fin al servicio militar obligatorio. También sugiere la separación entre la Iglesia y el Estado, una cuestión que el ex líder de Syriza y ex primer ministro Alexis Tsipras, no se atrevió a tocar por temor a perder el apoyo de su socio de Gobierno, el partido nacionalista Griegos Independientes (Anel). El hecho de que Kasselakis sea abiertamente homosexual y hable sin tapujos de su pareja, el enfermero estadounidense Tyler McBeth, ha sorprendido a la formación y a los medios griegos, teniendo en cuenta que Grecia aún está en la cola de Europa en materia de derechos y legislación LGTBi. En una entrevista con la revista griega Antivirus, Kasselakis señaló que no tiene «una agenda gay» si no «una agenda humana».

Medios griegos han especulado con que una posible victoria de Kasselakis podría provocar una escisión en Syriza, porque el sector más tradicional del partido lo considera un personaje lejano al corazón de la formación, sin experiencia política y sin presencia en el Parlamento griego. «No queremos políticos de Instagram» dijo claramente sobre Kasselakis Nikos Filis, miembro del Comité Central de la formación. Syriza arrastra desde hace tiempo una gran división interna entre quienes sugieren un giro más hacia la izquierda y los que defienden un enfoque más modesto de apertura hacia el centroizquierda. La formación se ha visto debilitada también por escándalos de corrupción y denuncias de que funcionarios del partido habrían designado a familiares para altos cargos en el sector público.

Ahora, la incógnita recae sobre la influencia de los candidatos que no pasaron la primera ronda de votación. Nikos Pappas, que obtuvo el 8,7% de los votos, ya se ha pronunciado a favor de Kasselakis, mientras que Euclid Tsakalotos, que obtuvo el 8,78%, apoyará a Ajtsioglu. Kasselakis también cuenta con el apoyo del ex ministro Pavlos Polakis, que ha mostrado en público su preferencia por su candidatura. En los últimos días, medios griegos han revelado que el joven aspirante también cuenta con el apoyo del diputado Yorgos Tsipras, hermano de Alexis. Por su parte, el ex primer ministro se creía que confiaba en la victoria de Ajtsioglu, pero se especula que podría haber cambiado de bando. Este domingo conoceremos el nuevo liderazgo de Syriza, que tendrá el deber de empujar al partido a marchas forzadas para ganar terreno a la Nueva Democracia de Kyriakos Mitsotakis en las elecciones locales del 8 de octubre.