• Latinoamérica La detención del hijo de Gustavo Petro marca su primer aniversario al frente de Colombia

Era el 7 de agosto de 2022 cuando el nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, tomaba posesión del cargo. Un giro radical para el país latinoamericano ante la asunción por primera vez de un Gobierno de izquierdas. Casi un año después, el ex guerrillero llega a su primer aniversario con la popularidad desgastada y con un escándalo protagonizado por su propio hijo salpicándole de lleno.

Nicolás Petro Burgos, que también es diputado de la Asamblea del Departamento del Atlántico, fue detenido el fin de semana pasado como parte de una investigación de la Fiscalía que le señalaba por enriquecimiento ilícito y lavado de activos. Su ex mujer Daysiris Vásquez también estaría involucrada. Desde entonces, Colombia permaneció expectante ante los siguientes pasos de la justicia. El martes llegó la imputación del juez en una audiencia pública celebrada en Bogotá. La cuestión es que el primogénito del presidente habría recibido dinero del narcotraficante Samuel Santander Lopesierra, el Hombre Marlboro, y de Alfonso Hilsaca, el Turco, que en el pasado estuvo vinculado a paramilitares.

El golpe más fuerte para el presidente Petro y, por tanto, para Colombia llegó el jueves, cuando Petro Burgos reveló que dinero supuestamente ilícito entró en la campaña electoral de su padre. «En realidad, de dichos dineros unos ingresaron a sus arcas [de Nicolás Petro] y otros a la campaña presidencial de 2022 en la cual resultó elegido nuestro actual presidente, el doctor Gustavo Petro Urrego», manifestó en la audiencia el fiscal primero delegado ante el Tribunal Superior de Bogotá, Mario Burgos, según informó Efe.

Más leña al fuego añadió la confesión revelada por la Fiscalía de Vásquez, quien en un audio extraído de una llamada telefónica dice: «Aquí él está robando, yo estoy robando y todos estamos robando, por si él me quiere acusar a mí de ladrona». Esta frase tan contundente corresponde a una conversación con Máximo Noriega, publica Semana -la misma revista colombiana que hizo públicos en marzo los audios de Vásquez que desencadenaron en la investigación-. Noriega es amigo de Petro hijo y hasta hace poco candidato a la Gobernación del Atlántico.

Ante tales revelaciones, el presidente colombiano publicó este viernes un comunicado a través de Twitter en el que muestra su «dolor» por las «presuntas irregularidades». A lo que añadió que confiaba en la justicia y que «nada ni nadie puede detener la lucha de toda una vida contra todas las formas de corrupción, y el Gobierno continuará sin distracciones su tarea y compromiso por una Colombia mejor».

En dicho comunicado apunta: «Continuaré decididamente con la agenda presidencial». Sin embargo, la revista Semana señalaba que habría cancelado un viaje programado para ayer al Palmar de Varela para un encuentro con empresarios.

Con anterioridad a dicho anuncio en la red social, el jueves apuntó que están intentado tumbar su Ejecutivo y que se mantendrá al frente hasta el 2026. También dijo sobre la financiación ilícita y sobre los que afirman que él lo sabía: «Si eso fuese cierto, este presidente se tenía que ir hoy, porque yo no soy [Álvaro] Uribe, no soy [Juan Manuel] Santos, no soy [Iván] Duque, no soy ninguno de los que han pasado atrás, vengo de otra manera de entender las cosas, no voy criticar, pero nosotros venimos de otra sensibilidad».

La clase política colombiana no tardó en pronunciarse ante tal escándalo. Entre ellos uno de los mencionados por Petro: el ex presidente Álvaro Uribe, quien hizo alusión a un caso por el que fue él investigado y dijo en Twitter: «Debo recordar que la Corte Suprema, los magistrados que me privaron de la libertad, archivaron el injusto proceso que contra mi persona había por la supuesta Ñeñe Política. Practicaron innumerables pruebas. Pueden revisar la financiación de todas mis campañas». El ex candidato presidencial Sergio Fajardo calificó como una «bomba» el testimonio de Petro hijo, que «estremece los cimientos de la democracia».

Mientras Colombia, cuya sociedad ya de por sí estaba polarizada por el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), asimila todas las declaraciones y espera a las decisiones judiciales, ya han saltado las convocatorias para una marcha nacional el próximo 16 de agosto. En los distintos llamamientos se pide la renuncia o el juicio al presidente Petro. No es la primera vez que una parte de los colombianos se manifiesta contra el mandatario colombiano, ya salieron a las calles el pasado 20 de junio para protestar contra algunas reformas planteadas en el Congreso. Por su parte, el presidente de la Comisión de Investigación y Acusación -la única que puede iniciar un proceso de destitución-, Wadith Manzur, dijo este viernes que el Congreso ya investiga a Petro por irregularidades, informó Efe.

La corrupción es uno de los males persistentes de América Latina, que quedó salpicada casi en su totalidad por el caso Odebrecht.