- Plaza Global El hombre que susurra a von der Leyen y dirige una máquina de 30.000 funcionarios
- Plaza Global Ni himnos ni banderas: Netflix, el pegamento social que une a flamencos y valones
Uno de los elementos más sorprendentes de la política española tiene que ver con los carriles bici, las zonas de bajas emisiones y otras medidas de seguridad. Movilidad sostenible. Son un elemento inesperado de la materia prima. Guerra cultural. Logroño es un caso reciente, pero hay otras ciudades donde los conflictos locales han provocado la cancelación de rutas ciclistas y una retórica agresiva, que, además del panorama global, afecta fondos europeos. Europa camina en otra dirección, apostando por las dos ruedas, por medios de transporte no contaminantes. Está Bélgica, concretamente FlandesTiene un papel destacado.
¿Qué pasa con este país con Ciclismo Es generalmente conocido. Es una religión, o más que eso. a emoción enferma, dedicación en todas sus dimensiones, desde los clásicos legendarios que iluminan la fría y lluviosa primavera hasta las embarradas competiciones de ciclocross. Sus héroes son héroes y hay un portador de identidad importante. Pero va mucho más allá. Bélgica es Platt paga, no tiene muchas colinas ni montañas, pero sus ciudades tienen acantilados, interminables calles adoquinadas, tráfico endiablado y lluvia constante. Pero esto no asusta al ciclista. Casi todo lo contrario. Poco a poco, las ciudades se van adaptando, robándole carriles al coche y protegiéndolos, permitiendo la circulación en sentido contrario a la bicicleta.
No se trata sólo de ir a trabajar y tomarse menos tiempo, sino que hay muchos negocios relacionados que están prosperando. Hay repartidores de comida, transportistas, jardineros y taxistas. La bicicleta es considerada parte de la cultura, social y familiar, como en Holanda o Dinamarca. Se trata de pasarelas, caminos, plazas de aparcamiento o inflación gratuita. Hay vehículos de todas las formas, tamaños y funciones para todas las situaciones y familias, así como controles ambientales corporativos para nuevas compras. Ya sean eléctricas o no, roban bicicletas incondicionalmente, por cientos o miles, pero la gente se adapta y sobrevive. En España puede sonar a chino, pero la filosofía es que no se trata de transporte, sino de estilo de vida, expresión y puro capital social. Crece y gana y no hay lugar para la retirada.
En enero, la presidencia belga del Consejo de la Unión Europea celebró en Hasselt una conferencia sobre bicicletas. En febrero, la Universidad de Gante eligió Norteamérica Meredith Glaser Dirigir la primera cátedra de ciclismo de la historia, algo que va más allá de lo académico. Flandes tiene grandes ambiciones y espera que en 2040 las bicicletas representen el 30% del número total de viajes. La ambición no les hace justicia, porque están trabajando activamente, destinando 300 millones de euros a infraestructuras. Glaser llevará a cabo investigaciones sobre una amplia gama de temas, desde el diseño urbano hasta el desarrollo de tecnología inteligente para hacer que andar en bicicleta sea más cómodo y seguro.
Los países del Benelux creen que la bicicleta puede ayudar a resolver muchos desafíos económicos, de inclusión y de salud. Glaser, el activista, es claro: “Hacer que la ciudad sea verdaderamente inclusiva no se trata de ajustes aquí y allá, sino que requiere grandes iniciativas y decisiones radicales”. En defensa de la libertad y de las calles, la moderación no es ninguna virtud.