- Brasil Narcotraficantes paralizan la ciudad de Río de Janeiro en respuesta al operativo que mató a 64 personas
Río de Janeiro amaneció el miércoles con decenas de cadáveres alineados en una plaza del norte de la ciudad, mientras el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva considera la militarización para controlar una situación que considera fuera de control.
Los vecinos del complejo Penha, un conjunto de barrios marginales (barrios marginales), trasladaron esta mañana más de 50 cadáveres a la plaza São Lucas.. Los cadáveres fueron encontrados entre los complejos de Alemao y BenhaSe llevó a cabo la operación policial más mortífera en la historia del estado, que se saldó con la muerte de al menos 64 personas y la detención de otras 81. Entre los muertos había cuatro policías.
El martes, Claudio Castro, gobernador del estado de Río de Janeiro, ordenó un operativo contra el Comando Rojo, la principal organización criminal del país. Los delincuentes respondieron al operativo policial con Drones lanzagranadasalgo sin precedentes hasta ahora.
Según la abogada Flavia Froese, que acompañó el traslado de los cadáveres, algunos de los cadáveres presentaban heridas de bala en la nuca, puñaladas en la espalda y heridas en las piernas.
“Es la masacre más grande en la historia de Río de Janeiro”. Froese, mientras defensores de derechos humanos pidieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la presencia de interventores y expertos internacionales en Río.
«Policía asesina, ¿dónde está mi hijo?» Gritó una madre junto a la fila de cadáveres. Otra mujer lloró al reconocerla: “¡Hijo mío!” Otro cuerpo estaba dentro de una bolsa, decapitado.
La prensa brasileña destacó el miércoles que Castro, a quien muchos de sus oponentes vinculan con grupos de milicias paramilitares, fue responsable de tres de las cuatro operaciones policiales mortales en la historia de Río, la principal atracción turística de Brasil.
Folha de São Paulo Destacó datos difundidos por Geni-UFF (Grupo de Estudio sobre Nuevos Delitos de la Universidad Federal Fluminense), que recopila información sobre las acciones policiales realizadas en la región desde 1989 y muestra que desde que Castro asumió el poder a finales de agosto de 2020, los operativos han dejado un total de 1.886 muertos, entre civiles y policías, lo que representa un promedio de 30 víctimas por mes.
El gobierno federal analiza la imposición de una GLO (Garantía de Ley y Orden) que permitiría la intervención de las fuerzas armadas para garantizar la seguridad en la ciudad, pero primero exige que Castro admita sus errores y deje de acusar a la administración central.
Durante una entrevista con el periódico El Mundo en abril, Castro enfatizó que el problema no se limitaba sólo a Río.
«No es sólo Río de Janeiro, es Brasil. Estas organizaciones criminales que nacieron en Río y São Paulo ahora se están extendiendo por todo Brasil. El gobierno federal tiene una política fronteriza muy mala, que permite que armas y drogas entren a Brasil a voluntad, a través del tráfico internacional de armas».











